jueves, 29 de enero de 2009

"Somos inquebrantables" Testimonio de una niña palestina superviviente en Zeitún

"Lo he perdido todo... A mis hermanos, con los que jugaba, a mi sobrinito, y a mi madre, que se ocupaba de mí. Una madre... ¿cómo han podido privarme de ella? A mi tío lo mataron delante de sus hijos. Su hijo, de 6 años, les dijo: "¿por qué habéis matado a mi padre? Me habéis dejado sin él". Entonces lo mataron delante de sus hermanos y hermanas. ¿Qué más nos pueden hacer?"

"Yo estaba aquí en esta casa, cuando empezaron a caer obuses. Estaban bombardeando un lugar situado entre nuestra casa y la de mi tío. Estábamos todos en el salón y ellos seguían bombardeándonos sin parar. Los judíos vinieron hacia nosotros.

Echaron abajo la puerta de la casa con una especie de ariete de hierro, entraron y nos apuntaron con sus armas, listos para dispararnos. Nos ordenaron a todos que saliéramos de la casa. Salimos. En ese momento, los judíos empezaron a disparar.

Nosotros echamos a correr y nos dirigimos a la casa de mi tío. Es esa casa que está ahí, tenía tres pisos. Nos refugiamos dentro. Media hora después llegaron muchos soldados judíos con carros de combate y bulldozers. Cercaron esta zona, nos sacaron y nos llevaron hacia esa casa, la casa de Wael al Samuni. Nos dirigimos hacia esa casa. De repente, empezaron a dispararnos. El propietario de la casa nos decía: "¡Salid, salid!"

Salimos de la casa y estuvimos tres días sin comer ni beber. Incluso los bebés de seis meses lloraban, no tenían leche ni agua. Hasta que... es decir... murieron. Y estuvieron llorando y gritando hasta el último suspiro. Era increíble... Dios mío, incluso muertos tenían en sus caras las marcas de los gritos.

Estuvimos tres días sin dormir, el hambre, la sed y los tiros no paraban. Así estuvimos tres días. Mi hermano salió de la casa a buscar madera para cocer pan y poder alimentar a los niños inocentes. Cuando salió, los judíos le dispararon un misil, que mató a mi hermano y alcanzó a mi primo. Cuando tratamos de buscar a las víctimas nos dispararon tres misiles.

Mataron a mi madre delante de mí. Mi madre, mis cuatro hermanos y mi sobrino murieron delante de mí. Estaban ensangrentados, murieron delante de mí, y yo quería socorrerlos, pero no podía...

La gente nos gritaba que huyéramos. Yo veía a mi madre, a mis hermanos, a mis primos, a mis tíos, a sus mujeres y a sus hijos, todos esparcidos... tirados por el suelo... es decir... muertos... Fue un gran choque para mí, estaba paralizada. Las gente nos decía que huyéramos, pero yo no podía.

Algunos empezaban a salir, y yo fui la última, y salí a buscar a mis hermanos, a los hermanos que me quedaban y que no encontraba. Llegamos abajo y los judíos empezaron a dispararnos. La gente les decía: "lo que hacéis es inhumano, hay mujeres heridas, niños heridos".

Los soldados nos dejaron ir, y nos fuimos de aquí en busca de la Cruz Roja, de ayuda, de lo que fuese, pero no podían venir a socorrernos, porque los judíos les disparaban.

Anduvimos unos 2 km con heridos que no podían arrastrarse, cayeron y no pudieron levantarse".

- ¿Y a quién has perdido tú?

"A mi madre, a mis cuatro hermanos, a mi sobrino. He perdido a mis tíos, a sus mujeres, y también a sus hijos. Lo he perdido todo... A mis hermanos, con los que jugaba, a mi sobrinito, y a mi madre, que se ocupaba de mí. Una madre... ¿cómo han podido privarme de ella? A mi tío lo mataron delante de sus hijos. Su hijo, de seis años, les dijo: "¿por qué habéis matado a mi padre? Me habéis dejado sin él". Entonces lo mataron delante de sus hermanos y hermanas. ¿Qué más nos pueden hacer?

Dicen que aquí había resistentes, así se inventan pretextos. Vinieron y cuando no encontraron resistentes, dispararon contra los civiles. ¿No queriáis matar resistentes? ¿Por qué matáis civiles y dejáis a la gente sin familia?

Nos han quitado todo, incluso nuestras casas, incluso la tierra que cultivábamos, la tierra que nos alimentaba también nos la han quitado. Nos han privado hasta del techo para cubrirnos.

¿A dónde iremos ahora, a dónde iremos? Vayamos donde vayamos, nos disparan y nos destruyen. Pero nosotros resistimos y somos inquebrantables. No nos iremos de esta tierra. Si vuelven otra vez, nos encontrarán en esta tierra. Y nos quedaremos en esta tierra, es nuestra tierra. Seguiremos siendo inquebrantables. Y gracias".

Este testimonio de una niña palestina difundido por Al Jazeera y traducido para Rebelión por Manuel Talens, resume, en 6 minutos, mucho más de lo que pueda explicarse en extensos tratados de Historia y Derecho Internacional.

El bombardeo inmisericorde de una vivienda llena de refugiados civiles palestinos durante días y su bloqueo para impedir la entrada de las ambulancias y los equipos de asistencia en el barrio de Zeitoun, en Ciudad de Gaza, es solamente uno de los múltiples crímenes contra la humanidad que el estado de Israel cometió durante su última carnicería en Gaza.

Una niña, con la verdad, deja desnudo en toda su vergüenza al Estado de Israel.

Reproducimos a continuación el texto con el que Manuel Talens acompaña en Rebelión la traducción de este testimonio:

"La libertad conduciendo al pueblo es quizá el cuadro más famoso del pintor Eugène Delacroix (1830). En él, una mujer de pechos desnudos avanza al frente de los revolucionarios que derribaron a la monarquía francesa, con un fusil de bayoneta en la mano izquierda y, en la derecha, la bandera de la República. A su alrededor, cadáveres, humo y destrucción.

En la composición que he preparado, una niña palestina da testimonio ante las cámaras de Al-Jazeera del horror sionista que la ha dejado sola en el mundo durante la masacre de Gaza. A su alrededor, idéntico paisaje: cadáveres, humo y destrucción.

El paso del tiempo, que todo lo altera, aquí únicamente ha sustituido la materia comunicativa, que de pintura al óleo ha pasado a ser imagen pixelizada. El resto es tan eterno como la maldad humana y tan hermoso como la voluntad de no tolerarla. Las armas, signos semióticos distintivos de ambos personajes, han evolucionado pero siguen siendo armas. Esta niña ya no necesita un fusil para que sus disparos sean tan mortíferos como los de la Libertad de Delacroix. Le basta con las balas de su palabra y con ese puño alzado que es el paradigma de la tenacidad de su pueblo.

Escucharla produce escalofríos y admiración. Escalofríos por la terrible odisea que refiere, por esa infancia truncada que la convierte en adulta sin buscarlo; admiración ante la coherencia de su discurso, la serenidad de su mirada y esas últimas palabras que resumen la determinación de los pueblos que no quieren rendirse: “Somos inquebrantables”.

La mujer de pechos desnudos representa la libertad. La niñita palestina representa la resistencia. Un día no muy lejano esa resistencia conducirá al pueblo palestino a la libertad. Larga vida al pueblo palestino.- Manuel Talens"

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* Traducido al español por Manuel Talens a partir de la traducción francesa del árabe (Al Jazeera) que se encuentra en http://www.dailymotion.com/Gazamoukawama, proporcionada por Esteban G. y revisada por Nadia Hasan. Sobreimpresión de subtítulos de Manuela Vittorelli. Los cuatro son miembros de Tlaxcala, la red de traductores por la diversidad lingüística. Talens es asimismo miembro del colectivo de Rebelión.

Tomado de Al Jazeera por Rebelión FUENTE: http://www.radiomundial.com.ve
Jueves, 29 de Ene de 2009

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